Amelia Earhart, la mujer que hizo historia

La vida fascinante de una mujer fuera de serie, rompió los estereotipos establecidos para una mujer de aquella época. Leer acerca de la vida de Amelia Earhart despierta la misma pasión que la llevó al automovilismo y la aviación.

No solo era adorada por la gente por el derroche de elegancia y clase, también se desafió en hazañas que superaban las expectativas de un público, puso en alto los valores femeninos y estableció una postura clara con respecto a la igualdad de géneros, de hecho, superó en repetidas ocasiones al género contrario. Era sin duda, la heroína de Estados Unidos.

Nació en 1898 y muy pronto decidió formarse en las escuelas de mayor prestigio y para 1928 ya era la primera mujer en volar sobre el Atlántico como pasajera de un vuelo a cargo de Wilmer Stultz y Louis Gordon. Cuatro años después lo hace en solitario en un vuelo que le valdría la Cruz Distinguida de Vuelo del Congreso de los Estados Unidos, eso le permitió como figura favorita en su país, promocionar el uso comercial de los aviones como transporte, y por supuesto, la participación de la mujer en este sector. Aquí es donde comienza su verdadera historia.

También rompió un récord de velocidad de la Ciudad de México hasta Nueva York sin escalas, entre muchas otras aventuras aéreas. En 1937, se registra su última misión, junto con su copiloto Frederick Noonan llevaban más de la mitad del recorrido cuando por última vez se establece comunicación con ellos el 2 de julio de 1937. En realidad, nunca encontraron sus restos a pesar del esfuerzo de Estados Unidos por hallarlos.

Pero erraríamos hablar de Amelia Earhart sin mencionar su afición por los automóviles. Cuando se iba a mudar con su mamá a otra ciudad le pareció tan aburrida la idea de tomar un tren que prefirió adquirir un Kissel Gold Bug Speedster, de color amarillo brillante causaba sensación, un tanto por el carro y más aún por la encantadora personalidad.

En 1932 fue la portavoz de Hudson Motor Car Company cuando hizo la presentación de la nueva marca Terraplane, esa relación duró durante años. Autos y aviones, dos medios que la hicieron vivir su vida al límite.