Elisa Stephens, amante del arte y el automovilismo

La mujer con la mayor colección de autos del mundo

Abogada de profesión, Elisa Stephens es una apasionada del arte y el diseño de los autos. Presidenta de la Academy of Art University de San Francisco, y creadora del Automobile Museum.

Es dueña de una de las cinco mayores colecciones de autos en el mundo, luego de más de 30 años de reunir modelos clásicos, principalmente de la década de los 20s. Se calcula que su colección tiene más de 250 vehículos, valuados en más de $70 millones de dólares.

El abuelo de Elisa, Richard S. Stephens, pintor y director de arte de la revista Sunset, la brillante publicación de estilo de vida de la costa oeste de 117 años de antigüedad, fundó la escuela de arte con su esposa, Clara, durante la Gran Depresión.

Desde un loft de dos habitaciones en el centro de San Francisco, su Academia de Arte Publicitario capacitó a 45 estudiantes al año para trabajos en agencias de publicidad. Después de la Segunda Guerra Mundial, la matrícula aumentó a 250 y la escuela agregó clases de ilustración de moda, bellas artes y dibujos animados.

En 1951, el hijo de los fundadores, Richard A. Stephens, asumió el mando. Graduado en Stanford, era sociable y franco, con predilección por los coches llamativos.

Durante las siguientes décadas, Stephens amplió el plan de estudios para incluir fotografía y moda. Al darse cuenta de que el aumento de los alquileres podría hacer que la escuela quebrara, compró sus primeros cinco edificios.

Elisa, comenzó a trabajar con él mientras crecía en Hillsborough, un suburbio rico al sur de San Francisco. Después de graduarse en ciencias políticas en Vassar en 1981, tomó clases en la universidad de la familia durante un año y luego se licenció en derecho en la Universidad de San Francisco.

Stephens trabajó como abogado para el operador de redes de telefonía celular General Cellular antes de unirse a AAU como abogado interno en 1988. Para entonces, su padre se había convertido en presidente y entregaba las operaciones diarias a personas externas.

Cuando ella decidió tomar el mando, su padre pasó dos años entrenándola. Eso incluyó muchos desayunos, almuerzos y cenas de negocios.

Elisa Stephens asumió la presidencia en 1992; equipando las aulas con los últimos Macintosh. En 2002, lanzó programas en línea que, junto con un mayor marketing y la expansión de la ayuda federal, aumentaron drásticamente la inscripción.

Stephens también se fue de compras en bienes raíces, comprando 11 edificios en la década de 1990 y otros 17 en la década siguiente. La familia los alquila todos a la escuela.

La familia Stephens ha convertido a las matrículas de la escuela de arte, en uno de los imperios inmobiliarios más grandes de San Francisco, con más de 40 propiedades en áreas privilegiadas.

El primer vehículo de Elisa fue un Packard Model 343 Convertible Sedan de 1927, que lo adquirió en honor a su padre, y desde entonces no ha parado de acumular joyas históricas hasta conseguir una colección que cuenta con alrededor de 200 unidades.

En 2012 creó el Automobile Museum, un museo para mostrar su gran colección. Entre las rarezas que aquí se pueden apreciar, se encuentran un Talbot LagoT-150C Speciale Coupe y un Talbot Lago T150-C, ambos de 1938; un Tucker 48, un Pierce-Arrow Silver Arrow de 1933, un Hispano Suiza H6C de 1928 de origen español, un Bugatti Type 46 de 1930 además de un Duesenberg Model J de 1930.

Sin embargo, ella no lo ha dejado meramente en ser solamente un museo. En conjunto con su equipo de la Academy of Art University de San Francisco, le han dado a esta muestra un carácter pedagógico para sus estudiantes de diseño.

Según ha relatado la misma Stephens, los autos se usan a menudo en las clases impartidas: “Enseñamos dibujo y modelado, y queremos que los estudiantes vean de primera mano, y puedan caminar alrededor de los autos que iniciaron la industria automotriz”.

Elisa Stephens no sólo tiene un gusto fino por los autos, además de ser una exitosa empresaria, es mujer visionaria, que intenta transmitirle a sus alumnos el amor por el arte y la pasión por los autos más bellos de todos los tiempos.

¡Compartimos el amor por los clásicos! Si vas a San Francisco, no te puedes perder esta maravillosa colección, en el Academy of Art University Automobile Museum.

¡La Leyenda continúa!

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