Herbert Linge
La única Orden al Mérito otorgada en La Carrera Panamericana
Herbert Linge, nacido en 1928, fue un piloto alemán de automovilismo, que participó en once ediciones de las 24 Horas de Le Mans, entre 1958 y 1970.
Terminó seis veces entre los diez primeros, cuarto en 1965 y dos veces quinto (en 1958 y 1966), corriendo únicamente en modelos Porsche.
En rally, ganó el Lieja-Roma-Lieja 1954 con Helmut Polensky y el Rally de Córcega en 1960, ambos en un Porsche 356. Logró también dos podios en el Tour de Francia Automovilístico.
Linge comenzó a trabajar como aprendiz de mecánico de Porsche en 1943, aunque no duró mucho tiempo en este puesto, ya que poco después fue ascendido a jefe de taller.
Dirigió el servicio de atención al cliente de la compañía en Nueva York y mientras daba clase de capacitación a otros mecánicos recibió una llamada desde Zuffenhausen, en la que le pedían que fuera a México, para acompañar a los dos Porsche que participarían en La Carrera Panamericana de 1952.
Los primeros dos Porsche importados a México serían conducidos en La Pana, por el príncipe Paul Alfons de Metternich, un 356 1500 S Cabriolet, y el conde Philipp Constantin de Berckheim, un 356 1500 S Coupé.
El alemán también fue mecánico, prestando sus servicios a autos en tres ediciones de la época dorada de La Pana.
Linge consiguió algo que ninguna otra persona pudo hacer, durante la época de oro de la carrera más exigente del mundo, como calificaban los periodistas a La Carrera Panamericana en los años 50’s, mismos que ya habían estado en la Targa Florio, en la Mille Miglia y las 24 Horas de Le Mans: los autos a los cuales el mecánico prestó servicio, siempre ocuparon el primer lugar ante rivales de la misma cilindrada.
Esta hazaña le hizo merecedor de un premio del gobierno mexicano, que el embajador de Alemania en México aceptó pocos días después de haber finalizado la edición de 1954. Siendo la única persona que ha recibido la Orden al Mérito en la historia de la competencia mexicana.
Así es, la Orden al Mérito solo ha sido otorgada una vez en la historia de La Carrera Panamericana.
LA HISTORIA DE HERBERT LINGE EN LA CARRERA PANAMERICANA
1952
En un coctel realizado dos días antes de iniciar la carrera, el príncipe de Metternich consiguió que el barón Manuel Antônio de Teffé, un diplomático brasileño, le sirviera de copiloto.
Por su parte, la llegada de Linge le permitió al conde de Berckheim tener un copiloto, pues la familia de De Hohenlohe no lo dejó correr, debido a los retos que se presentaban durante los más de 3000 kilómetros de competencia.
La carrera comenzó el 19 de noviembre de 1952, con la etapa de 530 kilómetros entre Tuxtla y Oaxaca. Prácticamente tras la salida la carretera sinuosa se eleva a lo largo de la Sierra Madre por aproximadamente 200 kilómetros.
Cuenta Herbert que, además de la gran cantidad de gente que seguía la carrera con poca prudencia, las piedras que saltaban, los burros y las vacas que cruzaban los caminos, los grandes vados a la entrada de los pueblos no se veían y de repente aparecían, lo que hacía que los autos salían volando unos 20 o 30 metros antes de volver de nuevo al asfalto. Emocionante, pero a la vez muy peligroso.
Al día siguiente, se recorrieron 528 kilómetros entre Oaxaca y Ciudad de México, entre tramos con muchos ascensos y lleno de curvas.
Ese día tuvieron problemas con la caja de cambios, y como no tenían repuestos tuvieron que abandonar. El príncipe de Hohenlohe remolcó el 356 S Coupé hasta Ciudad de México
Linge dedicó las horas de la noche a revisar el 356 S Cabriolet, para dejarlo listo para la siguiente etapa, la cual iba de Ciudad de México a Durango, que sería de un demoledor recorrido de 950 kilómetros.
Hohenlohe decidió enviar a Linge en un avión privado hasta Durango, para que pudiera revisar el auto de Metternich. El cual llegó con problemas en las válvulas del motor por culpa de la gasolina.
Linge comenzó a trabajar en la calle, pero Alfred Neubauer, el director de carrera de Mercedes Benz, le ofreció su ayuda, la de su gente, y su taller. Un espíritu muy panamericano, para auxiliar a sus paisanos.
El alemán estuvo trabajando desde las once de la noche hasta las cuatro de la mañana. Desmontó el motor, limpió las válvulas, acortó las guías y ajustó el carburador. Montar el motor era una tarea imposible para un solo hombre, por lo que el mismo Karl Kling, quien lideraba la carrera, junto con Hermann Lang, que iba segundo, le ayudaron, logrando continuar en la competencia.
La cuarta etapa, de Durango a Chihuahua, fue otro maratón de 704 kilómetros por montañas, valles, charcos, cumbres, subidas, bajadas y ríos. La última etapa fue de tan solo 358 kilómetros, entre Chihuahua y Juárez.
Metternich finalmente cruzó la meta en octavo lugar de la categoría Sport, recibiendo la bandera a cuadros en Juárez tras 23 horas, 18 minutos y 15 segundos de carrera. Siendo el primer auto con motor de hasta 1500 centímetros cúbicos, por lo que recibió la Copa de Plata, un premio especial otorgado por el entonces presidente de México, Miguel Alemán, al mejor auto entre este tipo de motores.
1953
Para las ediciones de La Carrera Panamericana de 1953 y 1954, Porsche participó con equipos oficiales de fábrica, por supuesto Linge estuvo allí, pero esta vez a bordo y en competencia.
En 1953, Porsche inscribió dos 550 Spyder para las parejas Huschke von Hanstein- Hans Herrmann y Karl Kling-Herbert Linge. El equipo de fábrica no tuvo suerte, ya que una falla en el eje delantero lo dejó fuera, mientras que el auto de Kling y Linge, presentó problemas de motor.
Linge, seguía siendo el único mecánico de los Porsche. Así que prestó sus servicios al 550 Coupé de los guatemaltecos José Herrarte Ariano y Carlos A. Gonzáles, quienes ocuparon el primer lugar en la categoría Sport hasta 1600 cc.
Lo mismo hizo con el 356 S del diplomático argentino Fernando Segura, quien ocupó el segundo lugar en la misma categoría.
1954
Ese año, la temperatura fue extremadamente alta, de los 150 autos que partieron solo 75 finalizaron.
Porsche inscribió de nuevo dos 550 Spyder con motor Fuhrmann, uno para Hans Hermann y el otro para Huschke von Hanstein y Fernando Segura. Von Hanstein decidió abandonar y le cedió su puesto a Linge.
Segura sufrió mucho con el calor en la primera etapa, en la que terminó sexto en su categoría, así que le dejó toda la responsabilidad a Herbert, quien condujo casi todo el resto de la carrera sobre el descapotable.
Ese empuje les sirvió para ver la meta en cuarto lugar en la categoría Sport hasta 1500 cc.
Más allá de la indeleble huella que dejó en La Carrera Panamericana, el piloto alemán está completamente unido a la historia de Porsche.
Él fue quien propuso el terreno en donde hoy está ubicado en Centro de Desarrollo de Weissach, además, inventó la Porsche Carrera Cup.
Estuvo presente en más de 80 victorias de categoría, y cuatro títulos mundiales en todas las disciplinas en las que Porsche estaba involucrado en aquellos tiempos.
Su última misión fue ser el conductor del auto cámara de Steve McQueen, en la película Le Mans, de 1970.
Entre todos esos buenos recuerdos y trofeos que atesora Herbert en su hogar, la medalla de la Orden al Mérito recibida por sus servicios mecánicos en La Carrera Panamericana, ocupa un lugar muy especial.
Sin duda alguna, la contribución de Linge, logró que hoy en día, el nombre Carrera esté unido al icónico 911, un legado que nos recuerda su gran pasión y capacidad por superar todos los límites imaginables.
FOTOS: https://newsroom.porsche.com/
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