Saltillo, una ciudad convertida en un museo
Saltillo es un verdadero paraíso turístico en el noreste de México. A lo largo de su historia, se la ha denominado “La Atenas de México” debido al importante centro cultural y educativo que ha brindado al país.
La encantadora ciudad colonial, está llena de una arquitectura impresionante, interesantes museos y una cocina regional imperdible. Desde que la ciudad fue fundada en 1577, Saltillo ha sido un sitio de fusión de razas y etnias que ha contribuido directamente a su arquitectura, cultura, tradiciones y cocina únicas. Hoy en día, es una de las ciudades más industrializadas de México.
Como la mayoría de las grandes ciudades mexicanas, Saltillo tiene un centro histórico con una catedral y una plaza. La Plaza de Armas se encuentra frente a la Catedral de Santiago, y es un buen lugar para detenerse a descansar unos minutos. La Catedral en sí data del siglo XVI y vale la pena echarle un vistazo al interior.
Como parte de las actividades a realizar en esta zona, se encuentra la Alameda Zaragoza, que es el espacio verde más grande del Centro Histórico. Este parque tiene muchos senderos pavimentados entretejidos en la vegetación y un pequeño lago.
Saltillo también es conocida como la ciudad de los museos y sin duda alguna uno de los más importantes a nivel nacional es el Museo del Desierto, el cual es un cruce entre un museo de historia natural y un museo de ciencia. Hay algo de geología, taxidermia y descripciones del desierto en México. En su exterior hay un pequeño zoológico, un invernadero con varias plantas y, finalmente, dinosaurios animados.
Otra de las opciones turísticas ampliamente recomendable es Musave (el museo de las aves). Hay exhibiciones sobre los orígenes de las aves, aves extintas y aves en varios climas; también hay exposiciones sobre sus características y un jardín al aire libre encantador.
Una vez que hayan pasado un tiempo explorando el centro histórico de la ciudad, es altamente recomendable hacer una excursión al Cañón de San Lorenzo, en el que podrán realizar una caminata con paisajes memorables hasta la entrada y luego bajar en rapel por sus empinadas laderas hasta el fondo del cañón.
En cuanto a la comida, uno de los aspectos más destacados es probar la cocina regional. En Saltillo la cultura y tradición se unen para producir platos únicos como dulces de leche (que son barquillos rellenos de caramelo de leche) y fritadas (un plato tradicional de carne y tortilla).
Aunque las fritadas se encuentran en todo México, Saltillo tiene su propia variación con cabrito, el cual ha sido alimentado con leche.
La famosa fritada de cabrito se prepara hirviendo el chivo y luego friéndolo con sal, especias y verduras, luego se sirve con arroz, frijoles y tortillas.
Sin lugar a dudas, Saltillo es una ciudad que los dejará maravillados y que vale muchísimo la pena visitar.
